SEVILLA RETOMA SU PROPUESTA DE APLICAR UNA ‘TASA TURÍSTICA’ DE UN EURO POR PERSONA Y NOCHE
El crecimiento exponencial de los índices turísticos en Sevilla capital obligan a buscar nuevas fórmulas de financiación y promoción para mantenerse en las alturas. Y en este sentido, la ciudad y su gobierno municipal, el del socialista Juan Espadas, van a intentar de nuevo en el año que está a punto de entrar promover una idea que llevan años explicando y planteando: la tasa turística. Turismo de Sevilla mantiene su intención de aplicar un canon de un euro por cliente al día, tasa que, pese a tratarse de una cantidad pequeña, tendría una enorme influencia en las arcas municipales para apoyar nuevas promociones en destinos de larga distancia (Estados Unidos, Rusia y Asia).
No conviene olvidar que en 2018 Sevilla capital registró más de siete millones de pernoctaciones. Un cálculo básico permite concluir que la medida reportaría a la caja local al menos siete millones de euros al año. Con cifras así, el presupuesto del Consorcio de Turismo hispalense alcanzaría cotas inimaginables a estas alturas y con las que podría competir en igualdad de condiciones, ya que en la actualidad la comparativa deja a esta institución sevillana en muy mal lugar por la escasez de presupuesto.
El ente turístico municipal ha trabajado en los últimos meses en la elaboración de varios informes sobre el impacto que tendría esta tasa y cómo está funcionando en otras ciudades, tanto españolas como, principalmente, europeas. En el territorio nacional, la tasa se aplica en Cataluña y Baleares, de ahí que Barcelona y Palma, sus dos referentes como destinos turísticos, formen parte esencial de estos documentos de trabajo, según publica ABC.
En ellos, eso sí, se señala como modelo a seguir el de Lisboa, que impone precisamente un gravamen de un euro por persona y día en sus establecimientos hoteleros desde 2016. El argumento de base es que, como en la capital lusa, nadie va a dejar de venir a Sevilla por abonar ese euro al día, que vendría de perlas para el presupuesto del Consorcio. Los casos catalán y balear se quedan por encima del nivel que quiere aplicar Sevilla, ya que en el primero se impone una cifra de 2,25 euros por persona y noche en los hoteles principales y 1,10 euros en los de menor categoría, mientras que en las islas la tasa oscila entre los 4 y los 2 euros en función de la categoría del alojamiento.
Lisboa, modelo a imitar
El ejemplo a seguir es Lisboa, con ese euro por turista con un máximo de siete noches. Oporto aplica un 3,5% del precio, sin más. Pero también se han incluido en un apartado destacado de estos estudios del Consorcio varios destinos de Europa para incluir en el análisis la recaudación que dichas ciudades obtienen gracias a ese impuesto. Los números son muy llamativos y se han convertido en la aspiración sevillana.
Un lugar destacado en esa lista que ha confeccionado Turismo de Sevilla tienen los dos principales destinos de Bélgica, Bruselas y Brujas: la segunda (a través de Visit Bruges) recauda 7 millones de euros anuales aplicando una tasa de 2 euros por persona y noche, mientras que la capital (Visit Brussels) obtiene nada menos que 23 millones al año, ya que funciona con una tasa del doble, concretamente de 4,3 euros, y recibe también una pequeña subvención de la Comisión Europea por los alojamientos para la enorme cantidad de funcionarios comunitarios que allí residen.
Un ejemplo similar de los incorporados a este dossier es el de Viena. La capital austriaca, pujante destino turístico, recauda a través de Wien Tourismus nada menos que 22 millones de euros al año con una tasa del 3% del precio en cualquier alojamiento, un porcentaje similar al que se aplica en Salzsburgo, si éste no incluye el desayuno, pero que alcanza el 11% con tarifa plana, muy usada.
También del centro europeo se ha añadido a este estudio municipal la ciudad suiza de Zúrich, en la que se viene imponiendo una tasa de 2,5 francos suizos (2,3 euros) por persona y noche, lo que ha originado unos beneficios de casi 11 millones anuales. En Dubrovnik, el principal destino turístico croata, también se aplica una tasa de 1,3 euros por persona y jornada, de lo que revierte un 65% en los entes turísticos, tanto estatal como municipal.
En Roma y Venecia, por su parte, también se cobra a los turistas una tasa en los hoteles de entre 3 y 5 euros diarios, mientras que en París es de entre 1 y 3 euros, en Berlín del 5% del precio total y en Amsterdam del 6% del precio. En Budapest los turistas pagan en función de la zona en la que se sitúe el alojamiento y ronda un 4% de la factura. La más barata de todas es la que propuso el ayuntamiento de Praga que pide 50 céntimos por persona y noche. La medida está extendida ya prácticamente por toda Europa.
Una iniciativa que divide al sector
La tasa turística que propone Sevilla (pese a tratarse de un simple euro por persona y día) mantiene dividido al sector. El planteamiento de los responsables municipales sevillanos se ha topado, de hecho, con las reticencias de la administración que posee las competencias para desarrollar este gravamen, la Junta de Andalucía, y hasta rechazo abierto de buena parte del sector hotelero.
El malagueño, con mucho peso merced a la planta hotelera de la Costa del Sol, ha presionado mucho en este sentido al Ejecutivo andaluz para que no se desarrolle la tasa turística, de ahí que se explique en buena parte la postura negativa del Gobierno regional. Tampoco los propios hoteleros de Sevilla han mostrado su respaldo a la propuesta del Ayuntamiento, eso sí. El asunto va a volver a estar este año en la agenda. Sin plazos ni presiones, el alcalde solicitará al Gobierno central una modificación de la Ley de Haciendas Locales para que las ciudades puedan implantarla de manera autónoma, pues siguen sujetas a lo que dicte el ejecutivo regional. Y en lo que toca a Andalucía, no hay voluntad entre los que ostentan las competencias de Turismo para autorizarla, como ha admitido en varias ocasiones el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs).
El Ayuntamiento espera la formación de un nuevo Gobierno para volver a plantear oficialmente que una ciudad con el carácter tan turístico como Sevilla pueda tener tributos propios vinculados a esta actividad, independientemente de lo que decida la comunidad autónoma en este sentido. Los informes municipales recuerdan que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) lleva desde 2010, antes de que existiera la tasa en Cataluña y Baleares, intentando poner sobre la mesa la negociación para tratar de que se implante con alguna fórmula a nivel nacional, para lo que habría que realizar cambios legislativos.